Autor/es:   Bruno Pedro de Alto
Editorial: Ciccus
Edición: 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Páginas: 224
Tamaño: 16 x 23 cm
Idioma: castellano
ISBN: 9789876937313

Sinopsis: 

En el contexto político, social y económico que ofrecía el territorio del Virreinato del Río de la Plata, primero, en la inestabilidad de las Provincias Unidas del Río de la Plata y la Confederación Argentina, luego, y finalmente, en la joven Argentina, difícilmente se podrían haber desarrollado actividades técnicas e industriales de envergadura, trascendentes y de impacto simbólico.

Sin embargo, tozudamente, los carpinteros tucumanos hicieron monumentales carretas para transportar mercancías desde Potosí hasta el puerto de Buenos Aires, hasta bien avanzado el siglo diecinueve.

Tozudos fueron los patriotas que convergieron con diferentes nacionalidades, oficios y saberes, para fabricar, sin saber demasiado, armas para la guerra. Como un rompecabezas, juntaron distintos fragmentos del todo para lograr su cometido. Se fabricaron armas en medio de la precariedad que, sin embargo, fueron útiles y letales.

También corresponde el mismo adjetivo para Meville S. Bagley, quien, a partir de su bebida Hesperidina, hizo nacer una empresa alimenticia nacional notable. Aun sin contar con recursos normativos de parte del Estado nacional para protegerse, enfrentó a los que copiaban su producto y creó las condiciones para que se legislara una Ley Nacional de Marcas Comerciales.

Finalmente, Vicente L. Casares, el tozudo argentino que se convirtió en industria, cuando muy poco a su alrededor indicaba que ello pudiera ocurrir. Fueron las tozudas ideas proteccionistas de sus amigos, la convicción indeclinable de que él mismo debía dar soluciones al flagelo de la mala alimentación de los niños argentinos, y las ganas de circular como industrial a contramano de un destino asignado por su linaje, lo que hizo que contemplara su próspera actividad ganadera y política con su lechería La Martona.

Tozuda industria nacional - Bruno Pedro de Alto - Libro

$18.500
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Autor/es:   Bruno Pedro de Alto
Editorial: Ciccus
Edición: 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Páginas: 224
Tamaño: 16 x 23 cm
Idioma: castellano
ISBN: 9789876937313

Sinopsis: 

En el contexto político, social y económico que ofrecía el territorio del Virreinato del Río de la Plata, primero, en la inestabilidad de las Provincias Unidas del Río de la Plata y la Confederación Argentina, luego, y finalmente, en la joven Argentina, difícilmente se podrían haber desarrollado actividades técnicas e industriales de envergadura, trascendentes y de impacto simbólico.

Sin embargo, tozudamente, los carpinteros tucumanos hicieron monumentales carretas para transportar mercancías desde Potosí hasta el puerto de Buenos Aires, hasta bien avanzado el siglo diecinueve.

Tozudos fueron los patriotas que convergieron con diferentes nacionalidades, oficios y saberes, para fabricar, sin saber demasiado, armas para la guerra. Como un rompecabezas, juntaron distintos fragmentos del todo para lograr su cometido. Se fabricaron armas en medio de la precariedad que, sin embargo, fueron útiles y letales.

También corresponde el mismo adjetivo para Meville S. Bagley, quien, a partir de su bebida Hesperidina, hizo nacer una empresa alimenticia nacional notable. Aun sin contar con recursos normativos de parte del Estado nacional para protegerse, enfrentó a los que copiaban su producto y creó las condiciones para que se legislara una Ley Nacional de Marcas Comerciales.

Finalmente, Vicente L. Casares, el tozudo argentino que se convirtió en industria, cuando muy poco a su alrededor indicaba que ello pudiera ocurrir. Fueron las tozudas ideas proteccionistas de sus amigos, la convicción indeclinable de que él mismo debía dar soluciones al flagelo de la mala alimentación de los niños argentinos, y las ganas de circular como industrial a contramano de un destino asignado por su linaje, lo que hizo que contemplara su próspera actividad ganadera y política con su lechería La Martona.