Autor/es: Simon Hanselmann
Editorial: Hotel de ideas
Edición: 201
Encuadernación: rústica con solapa
Páginas: 112
Idioma: castellano
Tamaño: 17 x 23 cm
ISBN: 9789874164094

Megg, una bruja depresiva y Mogg, un gato celoso son una pareja que convive y que parece empecinada en complicarle la vida a su tercer compañero de departamento, Búho, un joven que reprime todos sus instintos de desenfreno para aparentar una vida ordenada y armoniosa, pero que siempre se ve envuelto en las desventuras de sus amigos. Para completar este plantel de particulares personajes, se suma de forma constante a la casa Werewolf Jones, un hombre lobo que canta canciones de videos virales de Youtube con un megáfono, yira de hogar en hogar con sus dos hijos y contagia de herpes a sus parejas.
A pesar de su apariencia, estos personajes son demasiado realistas: Simon Hanselmann logra una mezcla perfecta entre pensamientos existenciales contemporáneos y delirio neurótico, sin caer nunca en la solemnidad, y que no cesa de remitirnos a nuestra propia experiencia.

Magia blanca - Simón Hanselmann - Libro

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Autor/es: Simon Hanselmann
Editorial: Hotel de ideas
Edición: 201
Encuadernación: rústica con solapa
Páginas: 112
Idioma: castellano
Tamaño: 17 x 23 cm
ISBN: 9789874164094

Megg, una bruja depresiva y Mogg, un gato celoso son una pareja que convive y que parece empecinada en complicarle la vida a su tercer compañero de departamento, Búho, un joven que reprime todos sus instintos de desenfreno para aparentar una vida ordenada y armoniosa, pero que siempre se ve envuelto en las desventuras de sus amigos. Para completar este plantel de particulares personajes, se suma de forma constante a la casa Werewolf Jones, un hombre lobo que canta canciones de videos virales de Youtube con un megáfono, yira de hogar en hogar con sus dos hijos y contagia de herpes a sus parejas.
A pesar de su apariencia, estos personajes son demasiado realistas: Simon Hanselmann logra una mezcla perfecta entre pensamientos existenciales contemporáneos y delirio neurótico, sin caer nunca en la solemnidad, y que no cesa de remitirnos a nuestra propia experiencia.