Autor/es: José De Diego Wallace (Ed.)
Editorial: T&B
Edición: 2009
Encuadernación: rústica
Páginas: 240
Idioma: castellano
Tamaño: 21 x 28 cm
ISBN: 9788493848477

¿Quienes son las protagonista de este libro?
Pues Las estrellas del cine erótico de la época dorada: las rotundas muchachas de los años setenta, los excitantes símbolos del sexo de Hollywood y Cinecittà, las impúdicas starlettes de la serie B, las viciosas y exuberantes reinas del sexploitation, las sádicas y las vampiras del cinéma bis, las maliciosas señoras del erotismo italiano y, por fin, las insaciables estrellas de la primera generación del “porno suave”. No hemos omitido, por supuesto a los mitos eróticos (como Marilyn o B.B.), pero hemos decidido privilegiar a otras que también han sido objeto de la adoración de miles de fans.
Actrices, quizá, no todas con mayúscula, pero todas con las curvas bien ordenadas, genuinas y no “alteradas”, capaces de desnudarse sin inhibiciones ni compromisos, contrariamente a las estrellas de primera fila, que se hacen famosas con sus rostros, pero también con los pechos o las nalgas de dobles anónimas. Por eso cada vez más salimos del cine desilusionados y melancólicos, añorando a nuestras extraordinarias, provocadoras, inmorales, adoradas diosas del sexo; y con ellas, a esa irrepetible época del cine liberatorio en las que fueron protagonistas.

Desnudas sin exigencias del guión - José De Diego - Libro

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Autor/es: José De Diego Wallace (Ed.)
Editorial: T&B
Edición: 2009
Encuadernación: rústica
Páginas: 240
Idioma: castellano
Tamaño: 21 x 28 cm
ISBN: 9788493848477

¿Quienes son las protagonista de este libro?
Pues Las estrellas del cine erótico de la época dorada: las rotundas muchachas de los años setenta, los excitantes símbolos del sexo de Hollywood y Cinecittà, las impúdicas starlettes de la serie B, las viciosas y exuberantes reinas del sexploitation, las sádicas y las vampiras del cinéma bis, las maliciosas señoras del erotismo italiano y, por fin, las insaciables estrellas de la primera generación del “porno suave”. No hemos omitido, por supuesto a los mitos eróticos (como Marilyn o B.B.), pero hemos decidido privilegiar a otras que también han sido objeto de la adoración de miles de fans.
Actrices, quizá, no todas con mayúscula, pero todas con las curvas bien ordenadas, genuinas y no “alteradas”, capaces de desnudarse sin inhibiciones ni compromisos, contrariamente a las estrellas de primera fila, que se hacen famosas con sus rostros, pero también con los pechos o las nalgas de dobles anónimas. Por eso cada vez más salimos del cine desilusionados y melancólicos, añorando a nuestras extraordinarias, provocadoras, inmorales, adoradas diosas del sexo; y con ellas, a esa irrepetible época del cine liberatorio en las que fueron protagonistas.