Autor/es: Nora Mazziotti
Editorial: Paradiso
Edición: 2010
Encuadernación: rústica
Páginas: 328
Idioma: castellano
ISBN: 9789871598113

La pasión de Delia del Carmen y de su melliza Hermelinda del Valle por contar historias y el enorme talento por el que descollaron son herencia de su madre, Aurora Rastellucci viuda de López. Ella fue una esforzada dirigente del Partido Peronista Femenino, conocido como la Rama Femenina, y participante del Ateneo Cultural Eva Perón, a cuya fundación en el Teatro Cervantes asistió en compañía de las hijas. Aurora tenía una notable inclinación artística, que se expresaba en la recitación, la declamación, el canto. Había conocido a Silvana Roth en un breve paso por una emisora de radio y, aunque Aurora no pudo continuar su labor radial, conservaron la amistad. Silvana fue quien la llamó para ir al Cervantes, sabiendo que Aurora estaría interesada.

Ese fue un día trascendental en la breve existencia de Aurora, marcó el resto de su vida. Se emocionó al ver a Evita, que irradiaba una fuerza especial desde el escenario. Aunque la había visto en las fotos sepia de las revistas y escuchado en radio, nunca hasta ese momento había estado frente a ella.

La Cordillera - Nora Mazziotti - Libro

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Autor/es: Nora Mazziotti
Editorial: Paradiso
Edición: 2010
Encuadernación: rústica
Páginas: 328
Idioma: castellano
ISBN: 9789871598113

La pasión de Delia del Carmen y de su melliza Hermelinda del Valle por contar historias y el enorme talento por el que descollaron son herencia de su madre, Aurora Rastellucci viuda de López. Ella fue una esforzada dirigente del Partido Peronista Femenino, conocido como la Rama Femenina, y participante del Ateneo Cultural Eva Perón, a cuya fundación en el Teatro Cervantes asistió en compañía de las hijas. Aurora tenía una notable inclinación artística, que se expresaba en la recitación, la declamación, el canto. Había conocido a Silvana Roth en un breve paso por una emisora de radio y, aunque Aurora no pudo continuar su labor radial, conservaron la amistad. Silvana fue quien la llamó para ir al Cervantes, sabiendo que Aurora estaría interesada.

Ese fue un día trascendental en la breve existencia de Aurora, marcó el resto de su vida. Se emocionó al ver a Evita, que irradiaba una fuerza especial desde el escenario. Aunque la había visto en las fotos sepia de las revistas y escuchado en radio, nunca hasta ese momento había estado frente a ella.