Autor/es: Giorgio Agamben
Editorial: Adriana Hidalgo
Edición: 2016
Encuadernación: rústica
Páginas: 80
Idioma: español
ISBN: 9789873793868

En contraste con el estatuto de privilegio otorgado a la vista y el oído, en la tradición de la cultura occidental se clasifica al gusto como un sentido inferior, cuyos placeres el hombre comparte con otros animales y en cuyas impresiones no se mezcla lo moral. En Hegel, el gusto es lo contrario de la visión y la audición, porque, entre otras cosas, “no se puede degustar una obra de arte como tal, dado que el gusto no deja al objeto libre por sí, sino que lo disuelve y lo consume”. Sin embargo, en griego y en latín modernos, el gusto se relaciona etimológica y semánticamente con la esfera del saber, como un acto de conocimiento. A lo largo de los siglos XVII y XVIII se comienza a distinguir el gusto como una facultad específica, encargada del juicio y del disfrute de la belleza. Kant identifica el “enigma” del gusto como un cruce entre conocimiento y placer. Desde el principio el problema del gusto se presenta como el de “otro” conocimiento: un conocimiento que no puede dar razón de su saber, pero lo disfruta; y se lo caracteriza también como “otro” placer: un placer que conoce y juzga, de acuerdo con la definición implícita de gusto de Montesquieu, como “medida del placer”. La estética moderna, a partir de Baumgarten, está construida como un intento de investigar la especificidad de este “otro” conocimiento.

Gusto - Giorgio Agamben - Libro

$12.500
Gusto - Giorgio Agamben - Libro $12.500
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • Casa Mundus Moreno 1157 timbre "B", Monserrat, CABA - Argentina. - Lunes, martes y viernes de 10hs a 13hs. y miércoles y jueves de 11hs a 16hs

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Autor/es: Giorgio Agamben
Editorial: Adriana Hidalgo
Edición: 2016
Encuadernación: rústica
Páginas: 80
Idioma: español
ISBN: 9789873793868

En contraste con el estatuto de privilegio otorgado a la vista y el oído, en la tradición de la cultura occidental se clasifica al gusto como un sentido inferior, cuyos placeres el hombre comparte con otros animales y en cuyas impresiones no se mezcla lo moral. En Hegel, el gusto es lo contrario de la visión y la audición, porque, entre otras cosas, “no se puede degustar una obra de arte como tal, dado que el gusto no deja al objeto libre por sí, sino que lo disuelve y lo consume”. Sin embargo, en griego y en latín modernos, el gusto se relaciona etimológica y semánticamente con la esfera del saber, como un acto de conocimiento. A lo largo de los siglos XVII y XVIII se comienza a distinguir el gusto como una facultad específica, encargada del juicio y del disfrute de la belleza. Kant identifica el “enigma” del gusto como un cruce entre conocimiento y placer. Desde el principio el problema del gusto se presenta como el de “otro” conocimiento: un conocimiento que no puede dar razón de su saber, pero lo disfruta; y se lo caracteriza también como “otro” placer: un placer que conoce y juzga, de acuerdo con la definición implícita de gusto de Montesquieu, como “medida del placer”. La estética moderna, a partir de Baumgarten, está construida como un intento de investigar la especificidad de este “otro” conocimiento.