Autor/es: Martin Jay / Mario Iribarren (Traducción)
Editorial: El Cuenco de Plata
Edición: 2017
Encuadernación: rústica con solapa
Páginas: 220
Idioma: español
ISBN: 9789873743801

Ensayos sobre la migración intelectual alemana en Estados Unidos.

Es de vital importancia destacar que el interés histórico no tiene porqué ir en detrimento de la relevancia en el presente. No se trata solo de que muchas de las ideas introducidas por los refugiados conserven su vigencia, sino que también  vale la pena estudiar la experiencia de los emigrados. Para algunos de nosotros que tenemos la fortuna de no estar atravesando una verdadera "época oscura", por citar la famosa frase de Brecht, estudiar las historias de este grupo extraordinario de hombres y mujeres constituye un potente recordatorio de que los intelectuales pueden trascender de diversas maneras los más perniciosos intentos por silenciarlos. En tanto sobreviviente de un ppueblo cuya incalculable desdicha todavía desafía a la comprensión racional, los emigrados - especialmente - diría yo, aquellos que siguieron siendo, en cierto sentido, exiliados permanentes- fueron el repositorio fulgurante de una cultura que ahora se encuentra moribunda.

Exilios permanentes - Martin Jay - Libro

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Autor/es: Martin Jay / Mario Iribarren (Traducción)
Editorial: El Cuenco de Plata
Edición: 2017
Encuadernación: rústica con solapa
Páginas: 220
Idioma: español
ISBN: 9789873743801

Ensayos sobre la migración intelectual alemana en Estados Unidos.

Es de vital importancia destacar que el interés histórico no tiene porqué ir en detrimento de la relevancia en el presente. No se trata solo de que muchas de las ideas introducidas por los refugiados conserven su vigencia, sino que también  vale la pena estudiar la experiencia de los emigrados. Para algunos de nosotros que tenemos la fortuna de no estar atravesando una verdadera "época oscura", por citar la famosa frase de Brecht, estudiar las historias de este grupo extraordinario de hombres y mujeres constituye un potente recordatorio de que los intelectuales pueden trascender de diversas maneras los más perniciosos intentos por silenciarlos. En tanto sobreviviente de un ppueblo cuya incalculable desdicha todavía desafía a la comprensión racional, los emigrados - especialmente - diría yo, aquellos que siguieron siendo, en cierto sentido, exiliados permanentes- fueron el repositorio fulgurante de una cultura que ahora se encuentra moribunda.