Autor/a: Norberto Ignacio Regueira
Editorial: Proa
Edición: 2009
Encuadernación: rústica
Páginas: 158
Idioma: español
ISBN: 9789871410149

Toda nueva obra exegética acerca de Carlos Gardel que aporte reflexiones originales o que indague los aspectos menos investigados o difundidos de su vida y su arte, debe ser celebrada como un eslabón en la cadena del conocimiento de nuestro principal artista popular. De este modo, el corpus gardeliano, a más de siete décadas de la desaparición física del cantor, se va complementando y adquiriendo las indubitables dimensiones de su validación histórica y su aprecio identitario como patrimonio cultural de los argentinos.

Los aspectos legales y económicos de la trayectoria gardeliana, acaso por su intrínseca aridez como tópicos narrativos, no han merecido el caudal de atención de otros capítulos, en particular aquellos que pretenden develar los supuestos "misterios" que, como una bruma londinense, envuelven la biografía de Gardel. Y, curiosamente, son estos aspectos legales y económicos un elemento principalísimo para la tarea del historiador honesto, a la hora de desbaratar con rigor heurístico las delirantes construcciones de los mistificadores sibilinos.

Yo diría que esta rara obra de Norberto Ignacio Regueira guarda un cierto aire de familia con otras, inscriptas en la línea del rigor documental y que, provisioriamente, llamaré "probatorias", respecto de Carlos Gardel, por evitar llamarlas apologéticas. Pienso, por ejemplo en el trabajo de Juan Carlos Esteban junto a Galopa y Ruffié acerca de los antecedentes franceses de Gardel; o el dossier de Torre y Fenoglio, en clave criminalística; o el más panorámico ensayo de Enrique Espina Rawson, "Disparen sobre Gardel". Hay otras. Todas ellas ofrecen demostraciones documentales y argumentales acerca de tal o cual aspecto controvertido de la vida de Gardel: su lugar de nacimiento, su filiación, su orientación sexual, su éxito, sus finanzas, su testamento, etc. Si tanta batería de pruebas se hace necesaria con recurrencia, será que mucho o muy ruidoso es el disenso, real o artificial. Ocurre que se multiplican las usinas de confusión que persisten en negar lo evidente, o en desconocer lo documentado o en inventar lisa y llanamente una trama mentirosa, tejiendo en torno a Gardel una red de sospechas, enigmas y conjeturas que reclaman, una y otra vez, la réplica probatoria frente a un plan deliberado plagado de datos inciertos que se muestran como hechos comprobados, medias verdades, citas truncadas y toda clase de triquiñuelas... como ha escrito sin vueltas Espina Rawson. Y las pruebas se reiteran en ésta y en otras obras, sólidas e inexpugnables, aunque no provoquen en los sofistas el efecto neutralizador de sus construcciones fantasiosas, que se reproducen como las cabezas de la Hidra. Ciertamente, como bien señala Regueira, la impávida indiferencia del Estado argentino frente al "Caso Gardel", contribuye a reabrir ad infinitum debates donde ya hubo certezas, y a sembrar renovados interrogantes en terreno donde las respuestas maduraron hace décadas. En el caso de Gardel parecen no imponerse nunca los principios procesales del non bis in idem (no insistir con lo mismo) y de la cosa juzgada (valor definitivo del veredicto).

Mi inteligente colega -doblemente colega: por abogado y por gardeliano-, el Dr. Regueira, ha salido al cruce de esta litis, asumiendo el patrocinio del "Caso Gardel", reabierto por los fabricantes de leyendas. Y lo hace con rigor tribunalicio, como situado frente a uno de los tantos expedientes que su profesión le ha puesto en sus manos. Para ello despliega el intrumental del oficio: las pruebas y los alegatos sobre esas pruebas. Pone en la faena su saber letrado (no despojado del estilo forense), su pericia y su afán justiciero por defender la verdad gardeliana frente a una mentira pseudogardeliana que conduce, invariable e inexorablemente, a la calumnia antigardeliana. No es tarea menor. Ya lo dice uno de sus prologuistas, Héctor Ángel Benedetti: el propósito del libro surge de la necesidad de poner definitivamente en claro y con las herramientas adecuadas, temas muy puntuales, como la filiación de Gardel, la valorización de su patrimonio, la correcta posición de su madre en la historia y otros tópicos derivados de su actividad y de sus relaciones sobre los que pesaron malinterpretaciones severas. Me gusta lo de poner en claro, y más todavía, lo de definitivamente. Ojalá fuera posible, pero sin un compromiso oficial del Estado argentino y de sus Academias Nacionales no parece cercana la clausura de esta perpetua polémica sobre materias archijuzgadas.

Regueira aborda temas poco estudiados, como la situación financiera de Gardel al momento de su fallecimiento, su talento como empresario, los motivos reales (y fiscales) de la valuación de su obra hecha por Luis César Amadori en el expediente sucesorio, la “extraordinaria” negociación asociativa con la Paramount. También analiza cuestiones más conocidas, aunque frecuentemente tergiversadas. Entre ellas, la identidad y filiación de Gardel. Regueira efectúa un manejo ordenado de las fuentes jurídicas, poniendo la cuestión bajo el prisma novedoso del derecho humano a la identidad, el cual extiende con justeza, a la madre del cantor, doña Berta Gardes.

Adicionalmente, su análisis de la desaparición de la escena rodada por Gardel en “Cazadores de estrellas” y el desconocimiento de su actual paradero, resulta interesante y motiva en el lector una curiosa expectativa: ¿aparecerá algún día en alguna colección de películas viejas? Para las gardelianos, semejante hallazgo es, como dijeron Gardel y Le Pera, una esperanza humilde. Tan humilde como el deseo de que el “Caso Gardel” se cierre frente a la opinión pública con el abrumador peso crítico de las pruebas históricas y jurídicas. El libro de Regueira es, sin duda, un paso adelante en esa esperanza.

Oscar Andrés De Masi
Buenos Aires, Agosto de 2009