Autor/es: Eduardo Rubinschik
Editorial: Paradiso
Edición: 1999
Encuadernación: rústica
Páginas: 128
Idioma: español
ISBN: 9879409019

Por fin llegamos, y en la rompiente los tres movimos el bote desde el agua mientras el supuesto náufrago se quedaba a bordo para no sufrir la sal. La playa estaba sola y quieto. Cuando el mar sólo podía tocarle los tobillos el hombre se bajó. Nosotros arrastramos el bote hasta la arena seca y él, sigiloso empezó a alejarse.
Como si lo estuviesen esperando en un lugar y él fuese para el opuesto, remontó un médano ahogando entre sus dedos el cuello de la botella, hundiéndose bajo un copo de arena y volviendo a subir, a la deriva. Iba con la carne de su mano sin reflejos de sol, hasta que se lo fumó una brisa vacía.

Los relatos de Amor a las deudas prueban, por tradición y novedad, que narrar es antes un pudor, una contracción de la experiencia que un medio de amplificación y desmesura. El estilo narrativo de Rubinschik está hecho de una precisa, austera singularidad de ritmos, de una acuchillada contundencia de palabras. Los mundos de Amor a las deudas son escenarios de tensión moral donde la acción deriva en exiguas calamidades, en moderadas, irrevocables decepciones secretamente traducidas de un fondo de humor perplejo y luminoso malestar.

Amor a las deudas - Eduardo Rubinschik - Libro

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Autor/es: Eduardo Rubinschik
Editorial: Paradiso
Edición: 1999
Encuadernación: rústica
Páginas: 128
Idioma: español
ISBN: 9879409019

Por fin llegamos, y en la rompiente los tres movimos el bote desde el agua mientras el supuesto náufrago se quedaba a bordo para no sufrir la sal. La playa estaba sola y quieto. Cuando el mar sólo podía tocarle los tobillos el hombre se bajó. Nosotros arrastramos el bote hasta la arena seca y él, sigiloso empezó a alejarse.
Como si lo estuviesen esperando en un lugar y él fuese para el opuesto, remontó un médano ahogando entre sus dedos el cuello de la botella, hundiéndose bajo un copo de arena y volviendo a subir, a la deriva. Iba con la carne de su mano sin reflejos de sol, hasta que se lo fumó una brisa vacía.

Los relatos de Amor a las deudas prueban, por tradición y novedad, que narrar es antes un pudor, una contracción de la experiencia que un medio de amplificación y desmesura. El estilo narrativo de Rubinschik está hecho de una precisa, austera singularidad de ritmos, de una acuchillada contundencia de palabras. Los mundos de Amor a las deudas son escenarios de tensión moral donde la acción deriva en exiguas calamidades, en moderadas, irrevocables decepciones secretamente traducidas de un fondo de humor perplejo y luminoso malestar.