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Autor: Carlos Abraham
Editorial: Ciccus
Edición: 2015
Encuadernación: rústica
Páginas: 736
Idioma: español
ISBN: 978-987-693-111-3
Breves consideraciones sobre un libro monstruoso
Acaso no sea pertinente, pero cabe explicar que monstruoso es –en este caso y como casi siempre– un elogio. Un elogio bárbaro. El monstruo, se sabe, es por definición el impar, el que no se empareja con nadie. Y este libro –este “tratado”, especifica el meticuloso Carlos Abraham– es un ejemplo exacto de una clase de uno solo. El Libro de Abraham –que así, bíblicamente, se lo conocerá de aquí en más– es una auténtica, saludable salvajada: no se ha hecho nada igual, antes.
Y subrayo cuando digo no se ha hecho, que es mucho más que no se ha escrito, porque en este caso la escritura, la mera escritura de un texto de más de medio millar de páginas, es “apenas” el ulterior gesto comunicativo de verter en palabras un trabajo previo de investigación y de relevamiento infernal. Quiero decir: lo que impresiona no es sólo este resultado que tenemos entre manos sino el gesto completo que culmina acá.
No es necesario decir / escribir, que felicito a quienes han hecho posible que este libro único, dedicado a todo tipo de curiosos, se publique. Es un texto de consulta, con miles (sic) de notas al pie, hecho con la pasión desaforada de un investigador y lector de envidiable consecuencia. Creo que es muy bueno para la cultura argentina que esta obra de Abraham exista y circule, y yo estoy feliz de que me haya tocado presentarla, aunque más no fuera con esta aproximación menos crítica y analítica que puramente sentimental. Es decir: estoy tan cómodo en la posición del lector agradecido que sólo me cabe invitar a todos a compartir este placer conmigo. Juan Sasturain, febrero de 2015
La literatura fantástica argentina en el siglo XIX - Carlos Abraham - Libro
Autor: Carlos Abraham
Editorial: Ciccus
Edición: 2015
Encuadernación: rústica
Páginas: 736
Idioma: español
ISBN: 978-987-693-111-3
Breves consideraciones sobre un libro monstruoso
Acaso no sea pertinente, pero cabe explicar que monstruoso es –en este caso y como casi siempre– un elogio. Un elogio bárbaro. El monstruo, se sabe, es por definición el impar, el que no se empareja con nadie. Y este libro –este “tratado”, especifica el meticuloso Carlos Abraham– es un ejemplo exacto de una clase de uno solo. El Libro de Abraham –que así, bíblicamente, se lo conocerá de aquí en más– es una auténtica, saludable salvajada: no se ha hecho nada igual, antes.
Y subrayo cuando digo no se ha hecho, que es mucho más que no se ha escrito, porque en este caso la escritura, la mera escritura de un texto de más de medio millar de páginas, es “apenas” el ulterior gesto comunicativo de verter en palabras un trabajo previo de investigación y de relevamiento infernal. Quiero decir: lo que impresiona no es sólo este resultado que tenemos entre manos sino el gesto completo que culmina acá.
No es necesario decir / escribir, que felicito a quienes han hecho posible que este libro único, dedicado a todo tipo de curiosos, se publique. Es un texto de consulta, con miles (sic) de notas al pie, hecho con la pasión desaforada de un investigador y lector de envidiable consecuencia. Creo que es muy bueno para la cultura argentina que esta obra de Abraham exista y circule, y yo estoy feliz de que me haya tocado presentarla, aunque más no fuera con esta aproximación menos crítica y analítica que puramente sentimental. Es decir: estoy tan cómodo en la posición del lector agradecido que sólo me cabe invitar a todos a compartir este placer conmigo. Juan Sasturain, febrero de 2015