Autor/es: Patricia Strauch / Natalia Aguerre (Ilustraciones)
Editorial: Periplo
Edición: 2021
Encuadernación: tapa dura
Páginas: 32
Idioma: castellano
Formato: 18 x 25 cm
ISBN: 9789874975355

Edad: A partir de 5 años

Nadie espera que, al despertarse un día, con mucha hambre de tostadas, haya un monstruo en la cocina. Pero resulta que un sábado, a Matías le pasa exactamente eso. ¿Es su imaginación o de verdad es un monstruo? Un monstruo peludo y gris, con cresta amarilla, cola rosa y garras anaranjadas. ¡Qué horror! Eso le sacaría el hambre hasta el más valiente. ¿Y qué hará Matías, entonces? Lo que haríamos todos: llamar a su mamá. Que también lo ve, pero no de la misma manera en que lo vio Matías. “Hay un monstruo en la cocina” empieza así: desde una mirada. Que va cambiando, como un reloj, como una brújula, para mostrarnos cómo cada uno de nosotros puede ver las cosas desde un punto de vista único e irrepetible: el propio. El final, tierno y gracioso, abre una ventanita inesperada a la que podemos asomarnos para espiar algo sorprendente: la mirada del pobre monstruo que fue sorprendido, in fraganti, con una cuchara, en esa cocina.

Hay un monstruo en la cocina - Patricia Strauch / Natalia Aguerre (Ilustraciones)

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Autor/es: Patricia Strauch / Natalia Aguerre (Ilustraciones)
Editorial: Periplo
Edición: 2021
Encuadernación: tapa dura
Páginas: 32
Idioma: castellano
Formato: 18 x 25 cm
ISBN: 9789874975355

Edad: A partir de 5 años

Nadie espera que, al despertarse un día, con mucha hambre de tostadas, haya un monstruo en la cocina. Pero resulta que un sábado, a Matías le pasa exactamente eso. ¿Es su imaginación o de verdad es un monstruo? Un monstruo peludo y gris, con cresta amarilla, cola rosa y garras anaranjadas. ¡Qué horror! Eso le sacaría el hambre hasta el más valiente. ¿Y qué hará Matías, entonces? Lo que haríamos todos: llamar a su mamá. Que también lo ve, pero no de la misma manera en que lo vio Matías. “Hay un monstruo en la cocina” empieza así: desde una mirada. Que va cambiando, como un reloj, como una brújula, para mostrarnos cómo cada uno de nosotros puede ver las cosas desde un punto de vista único e irrepetible: el propio. El final, tierno y gracioso, abre una ventanita inesperada a la que podemos asomarnos para espiar algo sorprendente: la mirada del pobre monstruo que fue sorprendido, in fraganti, con una cuchara, en esa cocina.