Autor/es: Ambroise Bierce - Ralph Steadman (Ilustraciones) - Marcial Souto (Traducción)
Editorial: Zorro Rojo
Encuadernación: cartoné
Páginas: 112
Idioma: castellano
Tamaño: 14 x 21 cm
ISBN: 978-84-940336-5-0

Las circunstancias vitales llevaron a Ambrose Bierce a adquirir muy joven el defecto ocular del cínico. A los veintiséis, empezó a dirigir en San Francisco el semanario News-Letter, donde firmaba como Town Crier (Pregonero) una columna donde con agudeza, lenguaje preciso y total desinhibición se ensañaba con los hipócritas y los canallas de la política local. En esa columna, nada menos que diez años antes de empezar a publicar (en otro semanario) las definiciones que más tarde conformarían el Diccionario del Diablo, escribe: «No usaré una sola expresión blasfema —fuera del deporte— si no me he enfadado por algo».

Este diccionario, construido a lo largo de más de treinta años, lleva hasta el extremo la misma filosofía cínico-humorística que ya empezó a profesar de joven. Catálogo implacable de fallas morales que corroen a los seres humanos, por sus páginas desfilan ejemplos diversos de inmoralidad, egomanía, hipocresía, avaricia, estupidez, falsedad, intolerancia, lascivia, gula, pereza, cobardía, envidia, orgullo, egoísmo.

Diccionario del Diablo - Ambroise Bierce - Libro

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Autor/es: Ambroise Bierce - Ralph Steadman (Ilustraciones) - Marcial Souto (Traducción)
Editorial: Zorro Rojo
Encuadernación: cartoné
Páginas: 112
Idioma: castellano
Tamaño: 14 x 21 cm
ISBN: 978-84-940336-5-0

Las circunstancias vitales llevaron a Ambrose Bierce a adquirir muy joven el defecto ocular del cínico. A los veintiséis, empezó a dirigir en San Francisco el semanario News-Letter, donde firmaba como Town Crier (Pregonero) una columna donde con agudeza, lenguaje preciso y total desinhibición se ensañaba con los hipócritas y los canallas de la política local. En esa columna, nada menos que diez años antes de empezar a publicar (en otro semanario) las definiciones que más tarde conformarían el Diccionario del Diablo, escribe: «No usaré una sola expresión blasfema —fuera del deporte— si no me he enfadado por algo».

Este diccionario, construido a lo largo de más de treinta años, lleva hasta el extremo la misma filosofía cínico-humorística que ya empezó a profesar de joven. Catálogo implacable de fallas morales que corroen a los seres humanos, por sus páginas desfilan ejemplos diversos de inmoralidad, egomanía, hipocresía, avaricia, estupidez, falsedad, intolerancia, lascivia, gula, pereza, cobardía, envidia, orgullo, egoísmo.