Autor/es: Gloria Camarero Gómez / Joaquín Cánovas Belchi
Editorial: Akal
Edición: 2018
Encuadernación: rústica
Páginas: 96
Tamaño: 15,5 x 21 cm
Idioma: castellano
ISBN: 9788446046110  

El cine tiene sus propios espacios de representación, escenarios que crea el director artístico bajo formas y métodos diversos. Félix Murcia, Premio Nacional de Cinematografía (1999) y ganador de cinco Goyas, ha dedicado más de treinta años de su vida a esa actividad y ha realizado los decorados de numerosas películas y series de televisión, tanto en la industria nacional como internacional. Pertenece a una generación de escenógrafos que empezó a trabajar en el sector en la década de los setenta. Dejaron atrás la exclusividad de los estudios de rodaje, salieron a buscar localizaciones en el exterior y estuvieron todavía bastante al margen de las posteriores reconstrucciones digitales. Así, ha proyectado escenarios naturales y escenarios construidos en plató; escenarios reales transformados por la forma, el color y elementos añadidos; adaptaciones en escenarios artificiales preexistentes, lugares históricos e interiores levantados ex novo. Son espacios inventados adaptados al guion y en los que siempre ha perseguido la finalidad de potenciar lo único que el espectador debe reconocer como auténtico: los sentimientos y las emociones de los personajes. Expresan la acción y el carácter de los protagonistas que se mueven en ellos. Son signo y significado argumental.

Nada es lo que parece. Pero todo está ahí para conseguir el objetivo de que, después de ver una película, la gente diga que se ha rodado sin decorados. Eso será lo más gratificante para un director de arte, y también lo más ingrato. En ello radica el oficio y ha sido la máxima de Félix Murcia. De su mano irrumpimos en «la realidad imaginada».

La realidad imaginada - Gloria Camarero Gómez / Joaquín Cánovas Belchi - Libro

$23.20 USD
La realidad imaginada - Gloria Camarero Gómez / Joaquín Cánovas Belchi - Libro $23.20 USD
Entregas para el CP:

Opciones de envío

  • Casa Mundus Moreno 1157 timbre "B", Monserrat, CABA - Argentina. - Lunes, martes y viernes de 10hs a 13hs. y miércoles y jueves de 11hs a 16hs

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Autor/es: Gloria Camarero Gómez / Joaquín Cánovas Belchi
Editorial: Akal
Edición: 2018
Encuadernación: rústica
Páginas: 96
Tamaño: 15,5 x 21 cm
Idioma: castellano
ISBN: 9788446046110  

El cine tiene sus propios espacios de representación, escenarios que crea el director artístico bajo formas y métodos diversos. Félix Murcia, Premio Nacional de Cinematografía (1999) y ganador de cinco Goyas, ha dedicado más de treinta años de su vida a esa actividad y ha realizado los decorados de numerosas películas y series de televisión, tanto en la industria nacional como internacional. Pertenece a una generación de escenógrafos que empezó a trabajar en el sector en la década de los setenta. Dejaron atrás la exclusividad de los estudios de rodaje, salieron a buscar localizaciones en el exterior y estuvieron todavía bastante al margen de las posteriores reconstrucciones digitales. Así, ha proyectado escenarios naturales y escenarios construidos en plató; escenarios reales transformados por la forma, el color y elementos añadidos; adaptaciones en escenarios artificiales preexistentes, lugares históricos e interiores levantados ex novo. Son espacios inventados adaptados al guion y en los que siempre ha perseguido la finalidad de potenciar lo único que el espectador debe reconocer como auténtico: los sentimientos y las emociones de los personajes. Expresan la acción y el carácter de los protagonistas que se mueven en ellos. Son signo y significado argumental.

Nada es lo que parece. Pero todo está ahí para conseguir el objetivo de que, después de ver una película, la gente diga que se ha rodado sin decorados. Eso será lo más gratificante para un director de arte, y también lo más ingrato. En ello radica el oficio y ha sido la máxima de Félix Murcia. De su mano irrumpimos en «la realidad imaginada».