Autor/es: Jorge Ramón Bertrand
Editorial: Leviatán
Edición: 2019
Encuadernación: rústica con solapas
Páginas: 718
Idioma: castellano
ISBN: 9789874745729

El desarrollo de los sucesos descriptos en esta novela ocurren en la ciudad de Córdoba durante los últimos meses del mandato del General Perón, que culminan con el derrocamiento de su gobierno el 16 de septiembre de 1955. Esta novela está basada en muchos hechos reales, algunos vividos personalmente por el autor. No es una autobiografía. Pasiones, crímenes y dinero se entrelazan a veces trágicamente en la vida de una sociedad que busca desesperada un rumbo político. El río Suquía, que atraviesa la urbe de esta pujante ciudad, fue y sigue siendo un barómetro natural de la Docta, como cariñosamente se la conoce. Trae, a veces aguas cristalinas, a veces turbias, correntosas o lentas, puede ser ancho o angosto. Trataron de domarlo canalizándolo y no lo lograron porque el río, como sus habitantes, es rebelde. Cada tanto se sacude toda la basura que los anárquicos residentes vierten en sus riberas y la correntada de las crecidas las deja nuevamente limpias a la espera del próximo ultraje.

Lo que el río trae, el río se lleva - Jorge Ramón Bertrand - Libro

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Autor/es: Jorge Ramón Bertrand
Editorial: Leviatán
Edición: 2019
Encuadernación: rústica con solapas
Páginas: 718
Idioma: castellano
ISBN: 9789874745729

El desarrollo de los sucesos descriptos en esta novela ocurren en la ciudad de Córdoba durante los últimos meses del mandato del General Perón, que culminan con el derrocamiento de su gobierno el 16 de septiembre de 1955. Esta novela está basada en muchos hechos reales, algunos vividos personalmente por el autor. No es una autobiografía. Pasiones, crímenes y dinero se entrelazan a veces trágicamente en la vida de una sociedad que busca desesperada un rumbo político. El río Suquía, que atraviesa la urbe de esta pujante ciudad, fue y sigue siendo un barómetro natural de la Docta, como cariñosamente se la conoce. Trae, a veces aguas cristalinas, a veces turbias, correntosas o lentas, puede ser ancho o angosto. Trataron de domarlo canalizándolo y no lo lograron porque el río, como sus habitantes, es rebelde. Cada tanto se sacude toda la basura que los anárquicos residentes vierten en sus riberas y la correntada de las crecidas las deja nuevamente limpias a la espera del próximo ultraje.