Autor/es: Ryszard Kapuscinski
Editorial: Anagrama
Edición: 2016
Encuadernación: rústica
Páginas: 208
Tamaño: 14 x 21 cm
Idioma: castellano
ISBN: 9788433973788

Las andanzas del autor como reportero por la Polonia profunda fructificarían en 1962 con la publicación de su primer libro, La jungla polaca, escrito entre viaje y viaje africano. Así escribió en La guerra del fútbol: «Volví a Varsovia. Debía preparar una nota relatando lo que había visto en el Congo. Describí la lucha, el desmoronamiento, la derrota. Recibí una convocatoria para comparecer ante un camarada del Ministerio de Asuntos Exteriores. “¿Qué demonios ha escrito? –me espetó, indignado–. ¡Llamar anarquía a la revolución! (…) Lo lamento, pero usted no sirve para hacer de corresponsal en el extranjero.” “De acuerdo –me mostré conforme–, aquí también tendré de qué escribir.”» Temas no faltaban, y el delgado volumen de un debutante suscitó el interés del público y de la crítica. «Un don inhabitual en la literatura y sobre todo en el periodismo: talento. No para narrar, sino para mirar y entender» (Ramón Lobo, El País); «El dinamismo y la inteligencia narrativa de quien sabe que la mejor manera de describir un paisaje es describir el corazón de quien habita ese paisaje» (Andrés Barba, El Mundo).

 

La jungla polaca - Ryszard Kapuscinski - Libro

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Autor/es: Ryszard Kapuscinski
Editorial: Anagrama
Edición: 2016
Encuadernación: rústica
Páginas: 208
Tamaño: 14 x 21 cm
Idioma: castellano
ISBN: 9788433973788

Las andanzas del autor como reportero por la Polonia profunda fructificarían en 1962 con la publicación de su primer libro, La jungla polaca, escrito entre viaje y viaje africano. Así escribió en La guerra del fútbol: «Volví a Varsovia. Debía preparar una nota relatando lo que había visto en el Congo. Describí la lucha, el desmoronamiento, la derrota. Recibí una convocatoria para comparecer ante un camarada del Ministerio de Asuntos Exteriores. “¿Qué demonios ha escrito? –me espetó, indignado–. ¡Llamar anarquía a la revolución! (…) Lo lamento, pero usted no sirve para hacer de corresponsal en el extranjero.” “De acuerdo –me mostré conforme–, aquí también tendré de qué escribir.”» Temas no faltaban, y el delgado volumen de un debutante suscitó el interés del público y de la crítica. «Un don inhabitual en la literatura y sobre todo en el periodismo: talento. No para narrar, sino para mirar y entender» (Ramón Lobo, El País); «El dinamismo y la inteligencia narrativa de quien sabe que la mejor manera de describir un paisaje es describir el corazón de quien habita ese paisaje» (Andrés Barba, El Mundo).