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Otros
Autor: Jorge Higa
Editorial: Corregidor
Edición: 2015
Encuadernación: rústica
Páginas: 400
Idioma: español
ISBN: 9789500530675
El arrabal porteño de fines del siglo XIX fue la cantera en donde abrevaron la literatura y el tango como fuente de inspiración poética. Jorge Luis Borges decía que ¿lo importante del arrabal en la literatura argentina es más bien la importancia que esa literatura le ha dado¿. Poetas como Carriego y Borges cimentaron la fama de esos guapos que en la Argentina finisecular fundaron en los reñideros la leyenda de un pasado heroico de orilleros. Jorge Higa recrea los arquetipos que surgieron a partir de esa mitología, en donde personajes de existencia real o imaginaria, trascendieron la mera crónica policial para transformarse en íconos de una época. Desfilan por sus páginas personajes emblemáticos como Juan Moreira, Hormiga Negra, ¿gauchos malos¿ como el gauchito Gil, devenido de bandido en santo milagrero, el nacimiento del lunfardo -la lengua franca del delito-, los cuenteros de filo-misho, los escruchantes poseedores de la tecnología de la furca y la ganzúa, el mundo prostibulario del queco, reino de la taquera de la lata en la liga, en donde se acunó el tango, definido por Lugones como ¿reptil de lupanar¿, pasando por el ambiente decadente del cabaret de los años 20, lugar de perdición de las ¿milonguitas¿, hasta llegar al presente con la realidad de la niñez abandonada, el drama de la desocupación y la soledad, frontera de la nueva orilla, que no es geográfica sino social, ese arrabal con gusto a rabia que Borges asimiló con ¿el rencor obrero en Parque Patricios.
Poetas, malandras, percantas y otras yerbas - Jorge Higa
Autor: Jorge Higa
Editorial: Corregidor
Edición: 2015
Encuadernación: rústica
Páginas: 400
Idioma: español
ISBN: 9789500530675
El arrabal porteño de fines del siglo XIX fue la cantera en donde abrevaron la literatura y el tango como fuente de inspiración poética. Jorge Luis Borges decía que ¿lo importante del arrabal en la literatura argentina es más bien la importancia que esa literatura le ha dado¿. Poetas como Carriego y Borges cimentaron la fama de esos guapos que en la Argentina finisecular fundaron en los reñideros la leyenda de un pasado heroico de orilleros. Jorge Higa recrea los arquetipos que surgieron a partir de esa mitología, en donde personajes de existencia real o imaginaria, trascendieron la mera crónica policial para transformarse en íconos de una época. Desfilan por sus páginas personajes emblemáticos como Juan Moreira, Hormiga Negra, ¿gauchos malos¿ como el gauchito Gil, devenido de bandido en santo milagrero, el nacimiento del lunfardo -la lengua franca del delito-, los cuenteros de filo-misho, los escruchantes poseedores de la tecnología de la furca y la ganzúa, el mundo prostibulario del queco, reino de la taquera de la lata en la liga, en donde se acunó el tango, definido por Lugones como ¿reptil de lupanar¿, pasando por el ambiente decadente del cabaret de los años 20, lugar de perdición de las ¿milonguitas¿, hasta llegar al presente con la realidad de la niñez abandonada, el drama de la desocupación y la soledad, frontera de la nueva orilla, que no es geográfica sino social, ese arrabal con gusto a rabia que Borges asimiló con ¿el rencor obrero en Parque Patricios.